"des de que ens han robat les paraules no podem dir més que mentides."

dimarts, 5 de febrer del 2008

la piedra y el agua

"...mi estratégia es, en canvio mucho más sencilla y más simple.
mi estratégia es que un dia, no sé cómo ni con qué pretexto
por fín me necesites."

M. Benedetti



Lo había conseguido. Era excepcional. Ya no sentía dolor. Mis miedos quedaban en libretas y horas y papeles. Y me reía ahora compadeciéndome por los días de lluvia continuamente eterna. Pero ciao. Bon vent. No vuelvas. Espero, aunque no te niego que tengo la más absoluta de las certezas, que no nos volvamos a encontrar.
Escribiré consejos por teléfono y rescataré las mentiras con las que sobreviví un día que ya no recuerdo. Pero como se puede morir tanto, me preguntaré. Cuanto es tocar fondo. Cuento es demasiado o suficiente. Intentaré buscar respuestas para aquellos que más quiero, encontrando siempre el camino más oportuno, por supuesto. Pero bueno, ya veré.
El caso es que me sentía invencible. Invulnerable. Inmune a promesas y mentiras. Nadie podría ya traspasarme con su fe trazada e impersonal. Ya nadie se clavaría en mi como un silencio. Ni me dejaría arrebatar un trocito de sueño. Alejarme del camino. Mi destino era hoy claro y conciso. La felicidad, esa ansiada, esa con la que apagaba velas y soplaba deseos y pestañas. Esa que ahora acudía a mi y no precisaba con urgencia ser compartida. Esa era. Hoy, después de tanto, en mi.
No diré que fue fácil, para nada. Reconozco que en un principio me costó tremendo esfuerzo perder la ilusión. Bueno, tal vez así suene un poco duro. Me refiero a abandonar la capacidad por ilusionarme y con ella, intrínsecamente el odioso sentir de la desilusión. Las palabras mandan.
Me costó. Me costó. Fue difícil convencerme de la urgencia de asesinar a hadas y príncipes, a héroes, trolls y gnomos, a reinos y mares y lunas y espejos. Pero lo conseguí. Lo logré.
La siguiente fue inequívocamente la esperanza. El día a día se había convertido en mi más aferrada lucha. Carpe diem , me decía al oído con insistencia. Pero perder la esperanza era algo que, por fuerza (ah, maldito lastre!), me costaba pronunciar y lo hacía a regañadientes y con la boca pequeñita, aunque, la felicidad. Ella, merecedora de cualquier esfuerzo. Si, sabía que era necesario. Estrictamente necesario. Así que no titubeé mas, ciao esperanza. Ya no iba a esperar jamás que nada me salvara. O que fuera posible. O que aún había eso, esperanza. Ahora era yo, aproximándome a la auténtica, la verdadera, la tan veces ansiada. La notaba cada vez más cerca en la justa medida en que me recluía en mi ser. Quería hacer algo, pues lo hacía. Así, sin más. ya no esperaba nada de nadie y en consecuencia, estrictamente lógica y aplastante, ya nadie esperaba nada de mi. Adiós rencor, frustración y males menores que escarchan la vida! Pero ah, aún faltaba algo. Algo que no era expectativa pero que lastraba mis pasos como un piso de arena o manteca. La melancolía. Oh, melancolía. Cómo eliminarte. Como relegarte al olvido, a la indiferencia.
A esta altura ya no había nada difícil. Cuando uno coge la costumbre de aniquilar ilusiones aniquilar recuerdos es de lo más fácil y sencillo. Total, el recuerdo es un ovillo del que vamos estirando y estirando retazos de memoria. ¿Veranos en la playa? Zas!, primeros besos, primeras mentiras, primeros…todo por la borda! Le había cogido el gusanillo a no venderme mentiras, a no venderme cuentos ni futuros inciertos, ni para adelante ni para atrás, a no imaginar, en definitiva.
Así que ya lo ven. No fue tan difícil. Bien, no lo recuerdo a ciencia cierta pues últimamente ando borrando todo tal cual entra en mi memoria. No vaya a ser que un día me dé por recordar. Cosas que pasan, ya saben. Y aquí sigo. Feliz al fin y al cabo. En mi cama.

Temblando de frio.
Muriéndome de a poco.
Comiendo cada día.

2 comentaris:

tacafulla ha dit...

Me es igual que te desprendas de las palabras “ilusión” “esperanza” “futuro”... que te quedes desnudo como cuando la mama te trajo al mundo... solo te pido una cosa, que no renuncies nunca, nunca, nunca a ser feliz...

cataclown ha dit...
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