"...mi estrategia es en cambio mucho más profunda y más simple,
mi estrategia és que un día cualquiera, no sé cómo ni con qué pretexto,
por fín me necesites."
Táctica y estrategia. Mario Benedetti.
entonces yo, si darme cuenta, volvía a estar allí, en la página 98. y no entendía, seguía sin entender cómo o porqué llegaba él a esa extraña conclusión: ..."por fín me necesites".
a mi me seguía pareciendo un engaño. o peor aún, una verdad que transformaba todo-todito-todo lo anteriormente dicho en una confabulación seductora. no entendía, si esa era su verdad más profunda y más simple, entonces ¿cual era la mía?. si yo había compartido hasta allí su-nuestro recorrido, ¿entonces?...yo, al llegar a la página 98 ya no entendía nada. y perdía las recetas...
así andaba yo, cómo tantas veces antes, con millones de preguntas y casi ninguna respuesta.
entré en la habitación de mi hermana y, casi por equivocación, ví uno de esos consejos que-vendo-y-para-mi-no-tengo en los que aconsejaba hace ya una multitud de años: "no esperis de ningú altre allò que només tú pots donar-te". supongo que el hecho de que rimara me impedió escucharlo.
he depositado mi tranquilidad en otras personas. creo que siempre o casi siempre ha sido así. buscando algo que me salve, algo que le dé a todo un sentido y repitiéndome a mi mismo digo: todo es mucho, es demasiado.
tal vez lo que más aprecie sea esa tranquilidad, por eso cuando a quien se la he delegado desaparece yo me esfumo con ella, me deshago, me desparramo por el suelo. y como un ave fénix me acuerdo que puedo resurgir de las cenizas. pero estoy cansado y ya no quiero entrar en una espiral de bucles concentricos y repetititititivos. no.
¿te necesito o te deseo?, ¿quiero estar contigo o tengo un terrible miedo de estar solo?, cómo casi siempre, las palabras me ayudan un poco a ordenar este amasijo de ambivalencias e indecisiones: decesidad, del deseo y la necesidad, no enmedio, sinó uno. una misma sensación, te deseo y te necesito. y tampoco hace falta que me haga ahora mil dos cientas treinta y cinco preguntas de si debo saber por qué.
decesidad.