"des de que ens han robat les paraules no podem dir més que mentides."

dijous, 14 d’abril del 2011

a restos domiciliarios

hace días, aunque aún no me había dado cuenta.
no me había dado cuenta aún de las increíbles tremendas impostergables
necesidades de escribir
con una letra pequeña diminuta
con una pequeña letra que pueda colarse por las rendijas por los espacios por los huequecitos estrechos por los que aún podemos escucharnos.
necesitaba decir alguna palabra
algún gesto un movimiento
que me supiera a algo más que a nada
decir algo que no sepa a nada
que sepa a dolor a espejo a llanto
que sepa a serpientes o a arena
que quede entre los dedos enganchado
que sea áspero como las manos de mi padre cuando aún era un niño
y yo no tenía aún este terrible miedo
que sepa al día que se estira
que sepa a una mañana en la terraza
al café sobre tus lávios
que sepa a algo que no sepa a nada
que sepa a algo que no sepa anada.


dudando escribo y repaso tu recuerdo
invento tu infancia y tu naturaleza solitaria
invento ficciones historias fantasías
con las que saber que existí en ti antes de haber existido.

me preguntas si nos hemos visto antes
yo no sé si te he visto
pero te recuerdo.

diumenge, 10 d’abril del 2011

NECEsiDADES

pensé que necesitaba trabajo, por eso salí a la calle.
pero no era eso lo que necesitaba
esa era mi cadena y, en cambio, salí a pedir mi derecho a ser explotado.
de pedir esclavitud a tiempo parcial pasé a pedir un contrato indefinido de esclavitud.
extendiendo mi miseria, llorando a gritos por mi muerte.
entonces fue por eso que salí al balcón, salí a la calle y pedí.
pedí dinero, pedí dineró, pensé que eso era lo que quería.
pero me pregunte, se me ocurrío la estúpida idea de preguntarme:
-Dinero para qué? Quiero el dinero o deseo lo que puedo conseguir con él?
Así que pedí de nuevo, pedí a gritos y a susurros, buscando cómplices y compañía, amistades y pieles con las que acurrucarme. Pedí y mirándote se me ocurrió
que pedir lo que es nuestro es un extraño gesto de cobardía.

no me des tu amor, dame la oportunidad de conocernos.
dejemos de pedirles que nos den aquello que nunca dejó de ser nuestro
aunque el miedo de estar vivos nos intente paralizar.
aunque no sepamos cómo dejar de pensar que les debemos algo de respeto a las que nos condenan a andar descalzas de dignidad
condenadas a la comodidad de no creer en nada nuevo