"des de que ens han robat les paraules no podem dir més que mentides."

dilluns, 4 de febrer del 2008

diario de un vendedor de espejos

aquí empiezo. disculpen las molestias.

el otro día observaba mis cuadros y pinturas. Supe ver que yo no era pintor. Sin más. No hay drama. No voy a decir que lo observé con frustración, ni mucho menos. Yo nunca había querido ser uno de ellos. Tremenda responsabilidad. No tuve frustración tampoco cuando releyendo mis capítulos, o historias, o poemas, o qué sé yo, al fin y al cabo huídas nada más, pude observar que tampoco era escritor (no me atreveré a decir que no era poeta, es obvio y tan sólo suponerlo me asusta), ni músico, ni cantante, ni escultor, ni guionista del próximo de tus sueños. Por eso, si, por eso gozaba de esta inmensa impunidad. Ahora lo entiendo. En eso, ahí se escondía mi terrible fuerza para no sentirme culpable de destrozar uno a uno, y sin discriminación alguna, los versos que podrían haber pertenecido a auténticos poetas y que podrían haber sido valiosos estandartes de amantes y revoluciones. Pero la verdad es que ese sentimiento no me invadía. Ni pizca. Nada me creía. Nada quería ser. Así que ahí, yo y mi ignorancia recién descubierta. Los dos tremendamente libres. Sin estigmas. Sin juicios. Sin esperanzas en las que poder apoyar mis dudas. Así. Tan sencillamente desnudo me lanzaba a la aventura de descubrirme en cada frase recién inventada. Dando paso a algo que estaba dentro de mi pero que necesariamente tenía que ser plasmado sobre un folio o libreta o papel crudo para ser reconocido (primero en lápiz y posteriormente repasado a tinta con un pilot 0.8 negro, imprescindible). Así paseaba yo. En aquella primavera de días por descubrir. Disculpen las molestias.

2 comentaris:

tacafulla ha dit...
L'autor ha eliminat aquest comentari.
tacafulla ha dit...

Quizás, seguro, cuando tenemos la modestia de sentir de verdad que no somos nada empieza el primer peldaño de ser “persona”... algo difícil de encontrar hoy en día...