"des de que ens han robat les paraules no podem dir més que mentides."

dijous, 21 de novembre del 2013

hay otra, hay otra ciudad

hay una soledad que se expande. ocupa espacios que antes nunca antes. que no existían. y los vacía. sorbiendo. pausadamente. los engendra para poder a la vez y al mismo tiempo absorberlos y anularlos. espacios que nacen para dejar de ser. dejar de ser para ser lo que queda. ausencias. emmedio del pecho. encima del estómago. ahí. en todas partes.

miro en una cafetería el rostro quemado y arrugado de una mujer que mastica su café con leche y que aprecia con cuidado y sigilosamente cómo hace días que dejó de pensar que la vida se le había escapado. agonizando pero sin dolor sin miedo sin esperanza. sin prisa por que aparezca la guadaña. yo mientras recuerdo que es preciso odiar a la gente que nos quiere mal. no a la que nos hace, a la que nos quiere. a aquella que necesita hacernos daño para saber que existe. a aquellas que merecen todas y cada una de las agujas de nuestro desprecio. una vocecita lo repite para que me acuerde; porque tengo tendencia a olvidarlo.

la soledad, la soledad, la soledad. y yo miro de encontrarte en cualquier lado. inventando excusas para que llenes todo este vacío. todo. y todo no es solo demasiado. es imposible. sencillamente. terrible es la responsabilidad en la que te sumo muchísimo antes de haberte ya encontrado. condenada de antemano. ya enterrada. peor aun cuando pienso que esta soledad es una enfermedad de la cual yo tengo el remedio. y que me bastaría a mi mismo para llenar este agujero que se abisma. a veces, en un ataque de desesperación y travestido de cordura, he llegado a engañarme con ello. soy bueno en el arte de la persuasión. 
son horribles los lugares a los que nos empujamos.

lo peor de esta soledad es que haya tanta y tanta y tanta gente por todos lados encima debajo a un lado en las aceras o en el camino que lleva al baño. 

me pregunto si alguna vez fue diferente o es tan solo que la apatía nunca se escribe en los mapas que uno hace y es por eso que no queda en los culos de la historia. en sus anales.

es triste, me digo. si alguna palabra existe en esta ciudad, esa es la mediocridad de los seres diminutos como vos.