"des de que ens han robat les paraules no podem dir més que mentides."

diumenge, 2 de febrer del 2014

besos como pájaros

habían agujeros hondos debajo de la almohada y en aquel preciso instante humo que salía de todos los tubos de escape a la vez y viajando a mi lado personas que buscan respuestas y significados exactos-milimétricos-deliniados a palabras escritas en los muros, sin saber llegar a conclusión alguna y con la certeza de que deben. eso sí, sin angustia ni prisa ni miedo. cero. terribles maduros que desconocen el olor o que buscan entender de forma ordenada la lógica con la que se escriben los matrimonios imposibles. un paraguas y una máquina de escribir, por ejemplo. buscaban entonces aquellos seres perfectos el porqué amaban -si no era esa una palabra demasiado enorme- un tono o la sucesión de notas maravillosamente entrelazadas. seres absurdos como tantos; para los cuales el mundo era solo eso y no podía llegar a ser nada más.

mientras tanto los labios se abrían anidando polluelos.

compadeciéndome de ellos y de la pena enorme de haber de compartir un horizonte llenos de previstos y repeticiones. 

he cruzado la calle como unas siete veces por lo menos con la intención de que alguien me pase por encima. pero ni eso. todos y todas me pasan por al lado. me esquivan con una precisión de ensayos y funciones. y sin aplausos ni focos. 

hay azúcar en el fondo del café. debo haberme olvidado de darle ocho o nueve cucharadas. me doy cuanta ahora que ya lo acabo. que triste, sí que triste, tanta belleza desperdiciada, tanta posibilidad sin serlo. hay que habitar la propia piel como un extraño. para poder así aprender a mirar por vez primera.